martes, 12 de enero de 2010

ÚLTIMA FILA


La saga Burgas Beat empieza a principios de los 80. Tres de los actuales miembros del grupo, entonces apenas unos quinceañeros, sufren una transformación vital al oír el London Calling de The Clash, que les lleva a utilizar los conocimientos aprendidos en una rondalla (y hasta ese momento empleados en tocar versiones de Pink Floyd en las fiestas del Instituto del Puente), en montar un grupo casi after punk. En realidad son el primer grupo moderno de la ciudad. A pesar de sus resabios ramonianos, Los Suaves tenían sus raíces en las décadas de los 60 y 70, y Última Fila descubrían la música justo con los grupos del momento. Por desgracia no sobreviven grabaciones que los recuerden, pero para haceros una idea, podeis leer el artículo que en 1990 les dedicaba nuestro cantante Carlos Rego en el primer flexi de Cosecha Roja. Ah, y de paso comparar fotos y tratar de identificar los miembros comunes. Back in 1983...

* * *

Siempre pensé que me resultaría fácil escribir sobre "Última Fila" y llevo años dándole vueltas a un artículo como este, que al menos dejara constancia de la existencia de un grupo tan importante para mí. Sin embargo ahora me estoy dando cuenta de que no va a ser fácil explicar todo lo que significaron. ¿Cómo va a serlo si nunca salieron de Ourense y los que llegamos a enterarnos de verdad que existían no llegamos a medio centenar? Si ni siquiera sirvieron para que otros grupos, a parte de "Viernes y los Robinsones", se tomaran las cosas medianamente en serio, en una ciudad en la que hasta que ellos aparecieron como por arte de magia, no existía la más mínima tradición en el rock (si exceptuamos el heavy, que esto es otro rollo). Si ni siquiera, en fin, dejaron una mísera cinta en la que poder recordar cuanto disfruté en sus conciertos. Simplemente trataré, pues, de poner a trabajar mi memoria y contar mi visión del grupo, totalmente subjetiva, por supuesto.

OURENSE 1983: Lo recuerdo como si fuera ahora. Estaba oyendo el programa de radio que por entonces llevaba Marcos López, (ahora en Radio 4 haciendo "Aguas Atlánticas", la mejor radio musical de Galicia). De repente aparecieron en el unos chavales de entre quince y diecisiete años con una cinta inaudible de su primer concierto y diciendo que le encantaban los Clash. Había que comprobarlo.

Última Fila, actuación en la sala "Vanessa"

Poco después me entero de que tocan en "Vanessa", la discoteca más garrula de la ciudad, en una fiesta de su instituto. El día del concierto salí lanzado de clase para llegar con tiempo de sobra, y aquello fue mucho más de lo que yo me esperaba. Fue el primer concierto de rock de mi vida y también el más importante. Tenía en frente, a un metro de distancia, a unos chavales de mi edad o menos, tocando unas canciones que al marcharme para casa ya tarareaba. Había versiones de los Clash, Derribos Arias y hasta de los primeros y desquiciados Resentidos, antes incluso de que estos tuvieran disco, pero lo que de verdad me atrapó fueron sus propias canciones: "Insomnio", "Paz interior", "Egipto", "Ven", "Chicago", "Invasión nuclear", "Oda al Botafumeiro". Temas sencillos pero no simples, sorprendentemente recios y bien tocados para un grupo tan joven y con melodías que enganchaban a la primera. Desde aquel día me convertí en adicto a los conciertos de Última Fila y creo que excepto uno o dos no se me escapó ninguno. Desde los que se celebraban en locales pequeños o de capacidad media, tipo "Vanessa", hasta los que eran al aire libre o el que se celebró en el Pabellón de Deportes de Orense teloneando a Los Ilegales, cuando éstos acababan de sacar su primer LP, y que quizá fue el punto álgido del grupo. Calculo que serían unos ocho o quizá diez los que ví y que surgían de la nada. Aparecían un día de repente y durante dos o tres meses no volvían a dar señales de vida. Creo que nunca fueron demasiado propensos al ensayo, y que pasados los primeros meses de euforia sólo se juntaban una semana antes de cada concierto, lo que no impedía que sonaran de maravilla, o al menos así me lo parecía a mí.

Última Fila, actuación en el Pabellón de Deportes de Ourense

No eran demasiado espectaculares en escena, pero "Dofo", cantante y compositor de la mayoría de las canciones, tenía un magnetismo especial que te obligaba a estar pendiente de él a pesar de que no se moviera demasiado, un carisma medio paranoico que concordaba muy bien con el ambiente tenso de la mayoría de sus temas. Tensión, esa es una buena palabra para definirlos e introducir unas líneas sobre...

LA MÚSICA: Me imagino que el que esté leyendo esto se estará preguntando "Pero ¿a qué demonios sonaba Última Fila?. Básicamente, y por llamarlo de alguna manera, era "pop-punk". Pop por las melodías y estribillos reconocibles al instante y punk o incluso after-punk por las guitarras duras e intensas. En alguna entrevista dijeron que querían sonar como los Lords of the New Church o los Cure. Yo me inclinaría por una combinación que incluyera a los Clash, Echo and the Bunnymen y Joy Division, acentuándose en unos u otros según las canciones fueran más rápidas y vitales o más lentas y oscuras.

Última Fila: Javier "Dofo", Javier Risco, Santi, Antonio "Amadís" y Paco

Las letras estaban a la altura de las circunstancias y podían ir desde odas al suicidio ("Paz interior", "Ven") hasta "ácidos comentarios sobre el mundo que nos rodea" ("A mi también me duele" que aparece en la primera maqueta de Cosecha Roja), pasando por historietas varias ("Chicago", "El duelo" o "Egipto" con un estribillo que compensaba los ripios del resto de la canción). No era música colorista y desenfadada pero tenía nervio e intensidad, y este tipo de belleza oscura que tanto abunda entre los "malditos" (tenía que salir la palabra) del rock. Afortunadamente tenían el suficiente sentido del humor como para no tomarse demasiado en serio y no caer en posturas forzadas, todo resultaba mucho más natural que las oscuridades de otros grupos de la época.

Quizá los que alguna vez los vieron y escucharon e incluso los mismos componentes de la banda piensen que no fue para tanto, que simplemente eran unos mocosos con muchas horas de "London Calling" encima. Quizá la memoria me traicione y haya borrado todos sus defectos inconscientemente. Sin embargo, para mí fueron una espoleta que me puso en acción, más efectiva que Ramones, Clash o cualquiera de aquellos grupos que parecían decirte "tu también puedes hacerlo". Simplemente por que los tenía al alcance de la mano, vivían en la misma ciudad que yo lo hacía. Ahora, después de todos estos años, por fin puedo pagar esta deuda pendiente y aunque no sirva para nada me siento mucho mejor tras haber escrito estos folios.

Carlos Rego, Ourense 1990